Cuando una devastadora tormenta invernal golpea Carolina del Norte con las temperaturas más bajas registradas en la historia, todo el estado comienza a congelarse. La expansión del frío continúa creciendo, afectando a más y más aldeas, pueblos y ciudades, sumiendo a América en un desastre mayor. A medida que las temperaturas se vuelven aún más frías, climatólogos y expertos en ayuda ante desastres se apresuran para salvar vidas y detener la tormenta antes de que congele toda la Costa Este, dejando a América al borde de un abismo helado.